El idioma latín es un muerto viviente que data de hace 2700 años. La antigua lengua de Roma y madre patria de muchos idiomas europeos se enseña todavía en escuelas y academias, la iglesia católica también la usa en su liturgia, aunque sea una lengua muerta. Casi nadie la habla, pero se obstina en no desaparecer porque el latín es como el código fuente de la medicina, el derecho y también la ciencia y la tecnología. Así que, ¿tiene futuro el latín?
Todavía me acuerdo de algunas noches en vela tratando de memorizar la segunda declinación de la palabra Caballo, Equus, Eque, Equum etc… No me entraba.
Para mí el latín fue una pesadilla, pero había que aprenderlo y se decía que, aunque no se hablara, servía como gimnasia mental, expandía el cerebro. Nunca comprendí por qué no se estudiaba entonces el alemán o el chino, que también desafían nuestra capacidad de aprendizaje y por lo menos sirven para hablar con millones de personas.
Luego llegamos a la etimología, y ahí si fue un gran placer conocer la raíz de tantas palabras en español: amor, ley, libertad, verdad, hospital cena, justicia, persona…
En realidad, nuestro idioma castellano es en su origen un latín vulgar, un chapurreado o farfullo de esa lengua. Pero el latín que viene del Lazio, la región italiana donde se asentó Roma y su imperio. Por cierto, un latino es en puridad un habitante del Lazio, así que mal está por mucho que se diga que el latino designe al latinoamericano, supongo que es muy largo decir latinoamericano… Yo prefiero hispano, pero ese es otro tema.
Volviendo al latín, sorprende que un idioma que cumple más de 27 siglos todavía nos rodee y nos seduzca, aunque nadie en realidad sea capaz de hablarlo. Hay academias, institutos y escuelas en Francia, España, Italia y Alemania sobre todo donde se sigue enseñando el latín. Y además ese sustrato lingüístico de la etimología, el origen latino de las palabras no solo no se ignora, sino que es esencial en el mundo académico y científico.
En la biología, el latín se utiliza para nombrar y clasificar las diferentes especies y géneros de organismos vivos. Por ejemplo, el nombre científico del perro doméstico es Canis lupus familiaris, donde Canis significa «perro» en latín, lupus significa «lobo» y familiaris significa «doméstico».
En la medicina, el latín se utiliza para describir enfermedades, síntomas y tratamientos. Por ejemplo, la expresión «in vitro» se utiliza para referirse a un procedimiento que se realiza fuera del cuerpo humano, como la fertilización in vitro. Además, muchos términos médicos, como «arteria», «vena» y «sangre», tienen raíces latinas.
En el derecho la terminología legal está plagada de expresiones latinas como Habeas Corpus, que significa Tu debes Tener el cuerpo, o sea el recurso del detenido para que el juez determine si el arresto es legal. ProBono, o sea los servicios legales gratuitos a personas con escasos recurso. Ad Hoc, que significa para este propósito exclusivamente.
Además, muchas fórmulas químicas y nombres de elementos también se derivan del latín.
Sin olvidar que el latín sigue siendo un idioma importante en la Iglesia Católica, y muchos textos religiosos y toda la liturgia todavía se escriben en latín.
Así que yo me pregunto la utilidad del latín en este siglo XXI para la tecnología y el Internet. Y sobre eso hay un debate. Para algunos esta lengua clásica está resucitando en Internet con miles de páginas web escritas en este antiguo idioma. No me refiero a recursos educativos, sino que también hay blogs, foros, sitios web y hasta podcasts en latín y numerosas contribuciones en redes sociales. Incluso Google tiene una versión en latín, y hay una versión de Wikipedia con más de 26,000 artículos en este idioma.
Videmusne receptam linguam Latinam in Tela Totius Terrae?
Traducción: ¿estamos asistiendo a una recuperación del latín gracias a la red Internet?
Yo creo que no se puede afirmar tal cosa, aunque sería muy deseable una lengua franca internacional como lo fue el latín en la Europa medieval, o el intento de una lengua mundial como el esperanto. El latín puro y duro posee unas reglas rígidas como las declinaciones que son un gran obstáculo para el aprendizaje. Mientras, el inglés sigue afirmándose como la lengua internacional, seguido por cierto del español. Si el idioma de Shakespeare contiene un 60% del vocabulario del latín y palabras prestadas de lenguas latinas, el español, también lengua mundial, posee casi un 80% de palabras de origen latino o préstamos de la antigua lengua de Roma. Así que el latín pervive, de otra manera a través de sus vástagos, también el francés, el italiano, el portugués y otros tantos…