LUNFARDO, resuena como el tango

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En las calles empedradas de Buenos Aires, se escucha un lenguaje único que trasciende el mero hablar cotidiano. Es el lunfardo, una amalgama lingüística que refleja la identidad y el espíritu de la vibrante capital de Argentina. Desde los tangos melancólicos hasta las charlas callejeras, el lunfardo ha tejido su presencia en la urbe porteña, convirtiéndose en un símbolo de su cultura. 

Orígenes y Evolución

El lunfardo es un hijo de las corrientes inmigratorias que llegaron a Argentina a finales del siglo XIX y principios del XX. En los conventillos, los inmigrantes de diversas procedencias del Norte de Italia y de España se mezclaban, generando una necesidad de comunicación que dio lugar a este peculiar dialecto. Sin embargo, su consagración como fenómeno lingüístico se produjo en 1953 con la publicación del libro «Lunfardía» por el escritor argentino José Gobello.

El Alma del Lunfardo

La palabra «lunfardo» tiene sus raíces en el gentilicio «lombardo». Podría pensarse que nos referimos a la región de la Lombardía, Italia, pero no es así, « lombardo » está  asociado en el pasado con actividades poco honorables. Sin embargo, el lunfardo se ha erigido como un elemento vital en la identidad porteña, permeando la música, el teatro y la vida cotidiana. Desde términos como «pibe» y «mina» hasta expresiones como «chamuyo» y «laburo», el lunfardo enriquece el habla popular con su ingenio y viveza.

Etimología y Significado

Cada término lunfardo es una ventana al pasado, revelando sus orígenes y evolución a lo largo del tiempo. Palabras como «afanar» (robar), «chabón» (tipo), y «guita» (dinero) tienen raíces en el español popular, el italiano y otras lenguas. Esta riqueza etimológica refleja la diversidad y la historia de la sociedad argentina.

Permanencia y Renovación

A pesar de su larga historia, el lunfardo sigue vivo y en constante evolución. Nuevas palabras y expresiones surgen continuamente, reflejando los cambios sociales y culturales de la ciudad. La Academia Porteña del Lunfardo estima que alrededor de 70 términos se suman al lunfardo cada año, asegurando su relevancia en el habla contemporánea.

Aquí tienes algunos ejemplos adicionales de términos lunfardos y su significado:

1. Canilla: Pierna.

2. Feca: Café.

3. Gomía: Amigo.

4. Guiso: Problema o lío.

5. Minga: De ninguna manera.

6. Pinta: Apariencia o aspecto.

7. Chirusa: Mujer de baja reputación.

8. Fiambre: Cuerpo muerto.

9. Gamba: Billete de 100 pesos.

10. Chamuyero: Persona que habla mucho pero dice poco.

Aunque algunas palabras lunfardas pueden considerarse coloquiales o informales en ciertos contextos, muchas de ellas han sido incorporadas al español estándar y son ampliamente entendidas y utilizadas en la comunicación cotidiana. 

El Legado del Lunfardo

El lunfardo no solo es un fenómeno lingüístico, sino también un tesoro cultural que traspasa fronteras. Desde los barrios de Buenos Aires hasta los escenarios internacionales del tango, el lunfardo es un puente entre el pasado y el presente, entre la tradición y la innovación. Su influencia perdura en la literatura, la música y el teatro, recordándonos la vitalidad y la creatividad del alma porteña.

El impacto del lunfardo en el español en general es notable. Muchas palabras y expresiones lunfardas han sido adoptadas y utilizadas en diferentes regiones de habla hispana, especialmente en Argentina y Uruguay, pero también en otros países donde el tango y la cultura argentina tienen influencia. El lunfardo ha enriquecido el español con una amplia gama de términos y matices que reflejan la vida urbana, la música, el humor y las experiencias cotidianas.

En cuanto a su aceptación por parte de la Real Academia Española (RAE), es importante destacar que la RAE reconoce la riqueza y la diversidad del español en todas sus variantes regionales y sociolectales. Si bien la RAE no tiene la autoridad para dictar qué términos son «correctos» o «incorrectos» en el habla cotidiana, sí documenta y estudia el uso del español en todas sus formas, incluyendo el lunfardo.

Y hasta aquí este breve paseo lingüístico por el viejo Buenos Aires, corazón del lunfardo, un dialecto que resuena con el tango.

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